lunes, 17 de noviembre de 2008

El eterno regreso


Así soy, así vivo. Mis ojos oscuros como el azabache, mi pelo largo y suave recorre mi espalda con sensualidad, mis labios rojos y eternos como la sangre, rebosan vida. Mis manos suaves y tersas os tocaran a cada uno de vosotros en la oscuridad de la noche. Pero mientras, veo complaciente como las generaciones pasan, los años dejan su pétrea huella en cada uno de vosotros, y yo esquivo las generaciones y las tempestades milenarias. Observo a los humanos, inocentes en su día a día. Veo como se consumen devorados por un castigo maldito al que llaman tiempo. Un castigo que deben pagar y que sólo yo tengo el poder para librarles de ello, a cambio de su esclavitud y servicio eterno hacia mí, su señor, su amo, su único Dios.

7 comentarios:

Polilla dijo...

No puedo negarlo: leer este fragmento, que bien podría ser de un manifiesto de Lestat, una muestra clara de intenciones, es evocar la sensualidad misma. La erótica de la sangre rebosando unos labios, el mordisco y su correspondiente herida... En fin, que me voy por las ramas.

Genial, me voy a emborrachar de ti un ratito.

eclipse de luna dijo...

El tiempo nos devora, el tiempo nos hace prisioneros de un tic,tac
Un besito y una estrella.
Mar
Gracias por tu visita a mi eclipse.

ANNE dijo...

La oscuridad no me atrae. Hay personas oscuras y dolientes, y personas puras y transparentes. Todos sufrimos, pero el dolor ya es eterno en el momento que nos inunda... tu mundo no es mi mundo, el mio es la luz del amor, y tu habitas la oscuridad del alma. Transmites bien, y te respeto pero nunca te entenderé. Un saludo.

Cris dijo...

Me ha gustado muchisimo.
Muchas gracias por la visita a mi blog y por compartirlo.

Me quedaré por aqui,creo que merece la pena seguir leyendo.

Saludos desde León.
Cris

Mar Romera dijo...

Me fascina el personaje de ficción y me aterra el personaje real.

Dracula me atrae, Vlad me repele.

Gracias por tu visita.

La pulpa dijo...

Así que, según parece, Drácula vuelve a entrar en nuestros mundos, y como le es propio, lo vuelve a hacer sin pedir permiso. Aunque las víctimas atraídas hasta tu morada han cambiado ¿qué hiciste con las anteriores? No me hagas pensar en un banquete sin pulpo a la gallega.

Unknown dijo...

No será que será peor, si consumirnos a medida que pasa el tiempo o mantenernos en éste, llegando a vivir lo suficiente como para no desear seguir viviendo y deseando cada minuto la muerte.
¡Saludos!